lunes, 17 de diciembre de 2007

Advierten vulnerabilidades en el panorama económico

El economista Daniel Oks, ex analista del Banco Mundial, trazó sus perspectivas sobre el crecimiento futuro del PBI argentino y subrayó dificultades para la inversión y el clima de negocios en el país

Oaks consideró que “la recuperación del PBI de 50% en el período 2003-2007 ha sido tan espectacular como imprevisible” y valoró especialmente la sólida política macroeconómica sostenida en el superávit fiscal. No obstante, para el mediano plazo señaló una serie de obstáculos que la gestión de Cristina Kirchner deberá superar para mantener el crecimiento sostenido.“Las retenciones son un freno al crecimiento a largo plazo”, apuntó, y advirtió sobre la eficacia de una política económica heterodoxa a lo largo del tiempo, pues puede perjudicar el desempeño de diversos sectores. “El agro se ha salvado gracias a los altos precios internacionales, pero el sector energético no”, consideró.“No existe un ‘Plan B’. Si caen los precios de las commodities se cae el superávit. Lo mismo sucede sin retenciones”, definió.“Un déficit grande está en la infraestructura, aunque la inversión no ha sido tan alta en períodos anteriores, si uno excluye a las telecomunicaciones”, refirió. Por ello, recomendó destinar a infraestructura entre 2 y 4% más de porción del PBI, tal como aconseja el Banco Mundial, por sobre el promedio actual, entre 1,5 y 1,6% entre 1993 y 2006.“Se han agotado los márgenes de capacidad ociosa y esto es lo que el Gobierno tiene que internalizar. Para crecer al 6% anual, tiene que crecer la productividad y la tasa de inversión, del 22% actual al 24-26% del Producto”, opinó el economista UBA y master de la Escuela de Economía de Londres y Doctor en Economía de la Universidad de Oxford.El especialista, que además se desempeñó como gerente de Análisis Financiero del BCRA y Economista Líder del Banco Mundial hasta 2006, dio una conferencia sobre La estrategia macroeconómica K en perspectiva, en el Instituto Universitario ESEADE que dirige el economista Aldo Abram.El regreso de la inflación“La inflación en el interior del país está cerca del 25% anual para 2007, según informes del estudio de Miguel Ángel Broda, y según cálculos más conservadores, no debe estar lejos del 20% anual”, indico Oks. En este aspecto, habló de “un sesgo inflacionario en la política monetaria, porque entre 2003 y 2007 se acumularon u$s35 mil millones de dólares en reservas, mientras que la base monetaria se expandió 185% en el mismo lapso”.En tanto, manifestó que hay cerca de 13% de inflación reprimida por retenciones, acuerdos de precios e indicadores oficiales cuestionados.Consultado por Infobae.com, el economista relativizó el efecto competitivo del dólar alto, que tuvo una eficacia inmediata para frenar las importaciones y regenerar la industria y el empleo por la sustitución de las compras externas."La competitividad en el corto plazo puede ser restituida a través de una variable cambiaria, pero la inflación misma va a terminar evaporando esto. La deflación era el camino alternativo, pero Duhalde y Kirchner tuvieron la visión de mantener el dólar alto”, expresó.En ese contexto, analizó que “cada vez será más difícil esterilizar los pesos que emite el Banco Central para comprar dólares”, por lo que vaticinó que “tarde o temprano, el BCRA va a tener que permitir una apreciación del peso”.La deuda crecienteOks también enfatizó el incremento de la deuda externa, que pasó de u$s118 mil millones en 2001 a u$s136 mil millones en la actualidad, pese a la reestructuración y a los fondos de los bonistas que quedaron fuera del canje de 2005.“La Argentina tiene vulnerabilidad por el lado de la liquidez y el Gobierno se ha atado las manos, porque ha perdido confianza para el financiamiento interno y externo”, aseveró. “Además hay vencimientos de deuda creciente, u$s6.500 millones en 2008 a u$s11.600 millones en 2011”, acotó.En tanto, definió como “prociclicidad fiscal” la fuerte participación del consumo en el crecimiento así como el alza del gasto primario por encima de la recaudación. “Toda la bonanza ha sido consumida” resumió.

Cayó la Bolsa porteña, en un día de bajas en el mundo

La Bolsa de Buenos Aires cerró con un retroceso de 2,62%, ante un contexto global negativo por la incertidumbre en torno al futuro de la economía estadounidense. El índice Merval cayó a 2127,21 puntos, con un volumen de negocios de 172,0 millones de pesos. Así, en el panel general accionario se registraron 15 alzas y 97 bajas y 11 papeles cerraron sin cambios. La pérdida más significativa correspondió a las acciones de Molinos Río de La Plata (-5,94%) y la mayor ganancia a los papeles de la petrolera Repsol-YPF (+0,85%). Por su parte, los bonos de la deuda pública argentina profundizaron su caída por la misma incertidumbre despertada en EE.UU. Operadores comentaron que la preocupación por la posibilidad de que una mayor inflación en el país del norte lleve a la Reserva Federal de ese país a no volver a recortar las tasas de interés inducía ventas sobre los activos de riesgo a nivel global. Menores tasas de interés en la mayor economía del mundo favorecen el ingreso de fondos a los mercados emergentes, en busca de mayores retornos. Los bonos de la deuda nacional finalizaron con una merma promedio del 1,2 por ciento, donde destacó la caída del 2,2 por ciento en el bono "Disc" denominado en pesos y la baja del 1,3 por ciento del mismo bono cotizado en dólares. "Los mercados globales continúan volátiles e inciertos, lo cual marca el ritmo de los activos locales que han abandonado el ´outperformance´ de las últimas semanas", dijo Roberto Drimer, analista de Argentine Research. Agregó que "los inversores deberían adoptar una actitud defensiva y selectiva en posicionamientos tanto en bonos como en acciones". Caída en Wall Street. Las acciones estadounidenses cerraron con fuertes pérdidas por la preocupación a que el derrumbe del mercado de viviendas arrastre a la economía, al mismo tiempo en que la inflación se convierte en una amenaza creciente. El promedio industrial Dow Jones cerró extraoficialmente con una baja 172,65 puntos, o un 1,29 por ciento, a 13.167,2 unidades. El índice Standard & Poor´s 500 cayó 22,03 puntos, o un 1,5 por ciento, a 1.445,92 unidades. El índice tecnológico compuesto Nasdaq perdió 61,28 puntos, o un 2,32 por ciento, a 2.574,46 unidades. El impacto se sintió en Europa. La bolsa de Londres cerró con un retroceso de 1,86%, la bolsa de Francfort cayó un 1,55%, la de París bajó un 1,61% y la de Madrid, un 1,65%, siguiendo el ejemplo de las plazas asiáticas que cerraron en rojo. La región, en baja. Las plazas latinoamericanas siguieron la tendencia a la baja. El que más perdió fue el Ibovespa de Sao Paulo, que cayó 4,19%; le siguieron México, con 3,42%; Santiago, con -2,76%; Bogotá, con -1,32% y Caracas, -1,29%. En Brasil, las acciones se derrumbaron en general, presionadas por los títulos líderes, como los de la petrolera estatal Petrobras y los del gigante minero Vale. En tanto, el real se debilitó por cuarta sesión consecutiva y cedió un 0,89 por ciento, a 1,813 unidades por dólar. La moneda cayó luego de que el dólar toco un máximo de dos meses contra una canasta de las seis principales monedas.