lunes, 27 de octubre de 2008

Calculan que se perderán US$ 960 millones en el trigo


Según CRA, caerá la producción del cereal y los productores de soja trabajarán a pérdida

Pierden todos. Nadie gana. Por la caída en la producción de trigo, calculada por fuentes privadas en 4 millones de toneladas, como mínimo, por debajo del registro de 2007, cuando se alcanzó a 16 millones de toneladas, a la Argentina le van a ingresar en esta campaña, a valores actuales, casi US$ 1000 millones menos.

Así lo expresa un informe elaborado por Néstor Roulet, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

Esa cifra, calculada exactamente en US$ 960 millones, engloba tanto lo que el Estado recaudará de menos por las retenciones a la exportación como lo que resignarán otros eslabones comerciales, como los proveedores de agroquímicos, semillas y fertilizantes, los prestadores de siembra y cosecha, los transportistas y hasta los productores, que también verán mermados sus ingresos.

?Con una menor producción, todos pierden; no es como dijo la Presidenta, que algunos quieren ganar mucho a expensas de otros que ganan poco. Pierde el país, al que le van a ingresar US$ 960 millones menos por la menor producción, ya que lo que se deja de producir (por los 4 millones de toneladas) es 100% saldo exportable. Y pierde el Estado al entrarle menos ingresos: sólo de retenciones [del 28%] son 268,2 millones de dólares?, afirmó Roulet.

Un cóctel conformado por la sequía, mayores costos y la incertidumbre por la política oficial llevaron a que este año se sembraran 1,16 millones de hectáreas menos que en 2007, lo que, con 4,48 millones de hectáreas, constituye una de las superficies más bajas de las últimas tres décadas. La menor producción también es uno de los peores registros.

?Si bien parte de esta merma de la producción se la podemos asignar a la sequía, debemos destacar también la menor superficie de siembra por el desaliento que producen las intervenciones del Gobierno en los mercados y por la aplicación de una menor tecnología, a causa de que en la medida en que se elevan los costos y no hay una reacción positiva en los ingresos, el productor deja de fertilizar o pone menor cantidad de fertilizantes?, indicó Roulet.

El trabajo profundiza, además del número global del menor ingreso y lo que dejará de percibir el Estado, cómo se distribuirá toda la pérdida, considerando otros actores.

En este sentido, el rubro de los agroquímicos, semillas y fertilizantes, integrado por importantes proveedores de estos insumos, tendrá US$ 311,04 millones menos de ganancia por la caída de la producción. Por otra parte, quienes se dedican al acondicionamiento y a la comercialización tendrán una merma de US$ 34,56 millones, a lo que hay que agregar otros US$ 69,12 millones del rubro administración, seguros e infraestructura. Por el rubro labores de siembra se contabiliza una pérdida de US$ 103,68 millones. En tanto, el productor deja de ganar, por la caída de la producción, 41,47 millones de dólares.

Todos pierden

En este contexto, el rubro cosecha, en el que hay contratistas que prestan el servicio de recolección del cultivo, va a dejar de facturar en esta campaña 63 millones de dólares, por haber caído la superficie de siembra y, por ende, la por recolectar.

Por si fuera poco, los transportistas también van a ganar menos, y en este caso se debe a que por la baja de la producción van a realizar una inferior cantidad de viajes. Los camioneros van a dejar de hacer 133.000 viajes (en cada uno de los cuales llevan 30 toneladas) y tendrán una merma de ingresos de 69 millones de dólares.

Considerando que entre el año pasado y el actual la tonelada de trigo cayó más de 100 dólares, los números sobre la pérdida en el cultivo podrían ser todavía más pesimistas.

A todo esto, CRA presentó un trabajo que indica que con el actual régimen de retenciones el productor sojero promedio trabaja a pérdida. ?Dados los precios actuales de la oleaginosa, la estructura de costos vigente y un rinde promedio de 26,7 quintales por hectárea, que es el rendimiento promedio del país de los últimos cinco años de acuerdo con la Secretaría de Agricultura, el productor no logra cubrir, con los ingresos de la cosecha, los gastos de producción?, dice el informe, elaborado por el secretario de la entidad, Javier Jayo Ordoqui, que tomó como parámetro de medida el modelo de siembra directa de la Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) y un valor promedio de arrendamiento de 12 quintales de soja.

Según el estudio, ?con retenciones iguales o mayores al 30%, el margen resulta negativo; asimismo tampoco sería tolerable una alícuota de retenciones superior al 25%, ya que con esa tasa es altamente probable que el productor tenga quebrantos?. A modo de ejemplo, hoy pagando un arrendamiento de 16 quintales se pierden 113 dólares por hectárea.

Para Jayo Ordoqui, ?los números son elocuentes y demuestran cómo, con este nivel de precios, las retenciones hacen inviable el negocio agrícola y se tornan claramente confiscatorias, puesto que mientras los productores pierden plata, el Estado sigue cobrando sumas siderales?.


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